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viernes, 30 de diciembre de 2011

Crecimiento económico: la Bolsa, el mejor termómetro





Enfriamiento, desaceleración? Son las preguntas que más se escuchan entre inversores, economistas y especialistas. ¿Invierto en mi negocio o espero? ¿Compro la casa o me quedo con los dólares? ¿Me voy de vacaciones o mejor ahorro por las dudas? Son algunas de las preguntas que más se escuchan entre quienes no están involucrados con los mercados financieros. Todo gira en lo mismo. La sensación de que el próximo año la actividad económica va a ser menor.



El ministro de economía de Brasil, Guido Mantega, ya dijo que el país se prepara para un crecimiento global más lento, se habla de una mayor desaceleración si no se resuelve la crisis europea ni se alcanza un acuerdo político en Estados Unidos para reducir el déficit, España alcanzaría una tasa de desempleo del 23% el año próximo, bajan las calificaciones de los bancos y Europa va camino a la recesión.

Ante esta batería de indicadores, mensajes y confusión. ¿Cómo saber fácilmente qué pasará el año próximo sin seguir tantas noticias? Mirando lo que ocurre hoy en la Bolsa.
Un año de caídas importantes de acciones suele marcar una fuerte baja del PBI en la economía real al año siguiente. La historia lo demuestra. En la crisis del 2008 el índice Merval cayó ese año un 54%, al año siguiente el PBI de Argentina pasó de 6,8% en el 2008 a 0,9% en el 2009. Lo mismo ocurre a la inversa. Ese 2009 que era tan malo para los negocios, la bolsa subió 110% y un año más tarde el PBI de Argentina alcanzaba el 9%. Buenos años bursátiles también auguran muy buenos años económicos.

La bolsa se adelanta
Así como el servicio meteorológico nos alerta de granizos o en el auto se nos enciende alguna luz cuando estamos empezando a tener un desperfecto técnico. En la economía el mejor indicador es el precio de los activos financieros para saber qué pasará tiempo más tarde en la economía real.

Esto ocurre porque los mercados se mueven por expectativas. Cuando un inversor ve alguna señal de caída de las ganancias de una empresa, ese mismo día decide vender sus acciones, espera, y luego busca si a un precio más bajo vuelve a comprar. Cuando un comerciante ve un escenario más adverso, comienza con pequeñas decisiones. Primero se contrata menos personal, luego se lo suspende y esa decisión puede llevar muchos meses. Si la adversidad continúa recién se despide, etc. Los tiempos en una empresa siempre son más lentos.

Otra forma de comprenderlo es compararlo con nuestra vida personal. La bolsa, para muchos, sería como una relación de novios sin convivencia, mientras que una empresa sería más bien como un matrimonio. Desarmar un noviazgo puede llevar un café, una semana, una charla por teléfono y algunas lágrimas. Un matrimonio, implicaría decidir quién deja el departamento, quién se queda con los muebles, las mascotas, el auto, los abogados, etc. La decisión es la misma solo que lleva más tiempo definirla.
Los mercados ya miran el 2013
Caídas del 30% de las bolsas este año anticipan una economía muy mediocre para el 2012. Pero ojo, ahora los inversores estarán pendientes del 2013 y pueden cambiar tan rápido de opinión, como ocurre con muchos noviazgos. Los mercados podrían cambiar de percepción y subir rápidamente ante la primer señal positiva que observen.

Ocurrió en el 2009. En aquel momento el Merval en un año había recuperado todo lo perdido en el 2008. Regresó a los 2100 puntos, el nivel que tenía a fines del 2007. Algunas de las señales para esa recuperación fue la aprobación de un fuerte plan de estímulo, inyección de liquidez, baja de tasas a menos del 0,5%, compra de deuda y el rol de prestamista de última instancia por parte de la Reserva Federal.

¿Podría repetirse esa suba en el 2012? Sí. De ser así, la bolsa podría subir más del 40% buscando volver a los 3500 puntos de fines del 2010. Pero la señal que está pidiendo el mercado no es fácil para Europa. Los inversores esperan que se amplíe el Fondo de rescate europeo, que el BCE haga anuncios como los de la Reserva Federal en el 2009 comprando deuda soberana y asumiendo el papel de prestamista de última instancia. Algo que para muchos es poco probable en la mentalidad europea pero que para otros va a terminar siendo la única solución. De esa manera, la bolsa volvería a subir. Como esos novios que, tarde o temprano, se terminan .


Fte: Cronista.com

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